

Todos los años, en diciembre, el mundo es asaltado por el espíritu navideño: los árboles de Navidad, llenos de luz, se elevan del suelo y se elevan por todas partes; las tiendas están decoradas en colores vibrantes y llamativos; Papá Noel y los renos están esperando con grandes paquetes en los aleros de casas y edificios; la gente se apresura, tratando de comprar los regalos adecuados para familiares y amigos en un consumismo desenfrenado.
Hay una especie de frenesí en la ciudad, como si la fiebre se hubiera apoderado de todos. Y como el dia de
Se acerca la Navidad, el frenesí aumenta y alimenta un nerviosismo creciente: todos se enojan, el tráfico se convierte en caos, los insultos se multiplican, se pierde la tolerancia. Al final, todos pierden los estribos en Navidad, en algún momento.